sábado, 3 de octubre de 2009

La Decada del 40 y su vigencia

Si la poesía es como lo dice la palabra griega POYESIS (Creación), pues el tiempo en que se inserta esa creación poética, está más allá de las escuelas literarias, de los historicismos y toda convencionalidad. Pero claro, no es lo mismo tirar palabras arriba de un papel, que escribir poesía. De eso se trata este blog de la escritora platense, radicada en otro lugar del mundo, aunque cercano a esa ciudad "no puertera", como dice Aurora Venturini. Y ya que escribimos un nombre tan insigne de la literatura argentina, americana y universal, vale la pena recordar que estas muchachas --como ese Tiempo de Muchachas del genial Alberto "Poncho" Ponce de León--
Ana Regina Rondeau y Aurora Venturini son integrantes de la denominada generacion del 40 de la literatura de la provincia de Buenos Aires --si es que puede hablarse de una literatura propiamente provincial. Es posible que sí, porque más allá de la globalización hay identidades, herencias culturales, sucesos más o menos azarosos --o por designio de algún dios?-- que demuestran que si bien lo regional limita, simultaneamente consolida la profundizacion de un discurso literario y de los contenidos de ese discursos que luego se convertirán en obra escrita. El tiempo histórico transcurre fatalmente --la mayor imperfección del humano es la muerte-- dejando unicamente para la posteridad --que a veces pretende ser eterna, cabal consecuencia de la condición humana-- la obra de los creadores. En algunas casos más geniales, en otros más trabajadores de la palabra. La mediocridad muere inevitablemente porque se trata de un parto fallido. Se pueden escribir sentimientos y estos pueden alcanzar cierto grado de belleza, pero el arte, una obra de arte, ademas de sentimientos requiere estilo, trabajo, talento, estudio, intución y por sobre todo que tenga al menos una parte de esas siete letras que integran la palabra griega POYESIS.
Ana Regina Rondeau publicó su primer libro en 1947, cuando en la ciudad de La Plata, capital de la Repùblica Argentina se gestaba como un nacimiento sin anuncio lo que se convertiría en poco tiempo en el albergue expresivo escrito e impreso: Las Ediciones del Bosque y de todos los poetas que de uno u otro modo, presentes en la ciudad de las diagonales, o en sus respectivas ciudades de origen o residencia del territorio bonaerense, ponían en rebelión los celos de las musas --y de sus propias musas-- como antes se llamaba a esa imperiosa necesidad que tiene el artista de crear contra viento y marea. Se es artista o no. Y punto, asi con letras.
Hay mucho más para deshojar de los arboles de hojas caducas de El Bosque platense, aunque las hojas de los libros de sus autores y de los que publicaron por su suenta en sus ciudades, o en donde fuese, en buena parte SON PEREMNES --y contra toda crítica que los haya tildado de románticos empedernidos, modernistas a ultranzas, copiadores del modelo greco latino, etc, etc, así como se le ha dado muerte parricida tantas veces a Juan Ramón Jimenez --quien además de visitar en la ciudad de Alberti en su lecho de enfermo terminal a Vicente Barbieri, en la tarea que realizó para escribir una antología sobre los escritores de la década del 40 y que nunca publicó DESDICHADAMENTE-- los poetas de la generacion del 40 y los de las Ediciones del Bosque están vigentes en el poder de su palabra y las pruebas nos iremos remitiendo desde este blog y desde otros. La Generacion del 40, es como El rayo que no cesa, tomando a Miguel Hernandez.
Esto no es más que un inicio, una especie de proclama, de esas que se escriben con la pasión, líneas que se construyen en instantes, como cuando surge una revolución. No hay tiempo para pensar lo que se escribe. En estos casos se intuye. Los dedos se deslizan como serpientes sorpresivas y amenazantes sobre el teclado --o sobre el papel-- para parir a la criatura, que a veces termina siendo un monstruo. Por lo pronto vale decir que la belleza no se puede definir. Solo se la puede sentir, padecer.
A pesar de todo lo anterior, es imprescindible --para matar a los monstruos-- leer a los clásicos que son las más atractivas novedades, precisamente porque establecen el punto de partida y paralelamente o perpendicularmente, como atraviezan las espadas, viajar por todas las opciones que otorga el lenguaje y su uso en el arte de hacer poesía. Porque a la poesìa se la vive, se le hace el amor, se la hace parir desde lo mas recondito. Y a veces, dese lo más superficial se llega hasta la mayor hondura del cuerpo poético. Poesía, poema. En síntesis CREACION. Y PUNTO.

LA FOTO QUE ACOMPAÑA A ESTA BREVE PRESENTACION SE PUBLICO EN 1947 EN LA PRIMERA EDICION DEL LIBRO POESIAS DE ANA REGINA RONDEAU editado por SELA
(Sociedad Editora de Latino Amèrica) con sede en la Avda de Mayo --muy cerca del Cabildo del 24 de mayo de 1810 cuando un sol no afectado por el deterioro de la capa de ozono pintaba de luces el amanecer desordenado, pero amanecer al fin de la independencia polìtica de España. Y ningún paraguas fue sacado a relucir como narran algunos libros de historia que nos han distorsionada por muchos años. Claro, la distorsión ha alcanzado grados más profundos y hasta pocos meses antes del Bicentenario el pueblo sigue preguntándose de qué se trata. Y punto. Por ahora. Seriá maravilloso, que Fermín Caves pudiera corroborarlo con palabras propias en este blog desde su Mazorca! Pero de todos modos, Fermin, tambièn es peremne, como gran parte de las hojas de los libros de los poetas del 40.

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