miércoles, 7 de octubre de 2009

La Máquina del Tiempo

Este es un anticipo --cuatro obras elegidas por la autora, casi al azar, para ser incluídos en su blog-- de los poemas --además de las obras teatrales-- que incluirá el próximo libro "La màquina del Tiempo", que forma parte de las obras completas de Ana Regina Rondeau. Este libro ya está en corrección de pruebas de galera en la editorial.

Cuando yo no esté

En esta tarde tibia de otoño somnoliento
recuerdo dulcemente las rondas ensayar
mis inquietos alumnos los cabellos al viento
mis traviesos muchachos no cesan de gritar

Aquel, el mas inquieto sus años infantiles
me dieron en las clases disgustos y reñir
mas eran sus sonrisas tan amplias y gentiles
ingenuas sus pupilas ingenuo su sentir

Las Clases de lectura las comas y los puntos
y los seseos dieron trabajo y aflicción
eran continuas luchas eterno contrapunto
de la mala ortografía y pésima dicción

Y aquellos ejercicios que el sol acariciaba
frente a la escuela humilde pequeña tan gentil
las marchas y los pasos si alguno equivocaba
todos se reían del pobre chiquilín

Entonces sus pupilas buscaban afanosas
mi rostro sonriente mi ayuda con afán
y hallaba mis sonrisas serenas cariñosas
brindando la ternura cual confortante pan

En cuantas tardes vieron mis ojos con dulzura
mirar hacia lo lejos las aves al pasar
mas nunca comprendieron la infinita amargura
de saber que algún día los pudiera dejar

Pequeños mis rebeldes muchachos de mi vida
fugaces golondrinas que dios me concedió
sabed que cada una de aquellas mis heridas
por amor a vosotros en flor se convirtió

Si alguna tarde visteis mis pupilas llorosas
fue solamente porque tendría que marchar
y qué sería entonces de mi vergel de rosas
si yo solo sabía cuidarlas y regar

Pequeños que me dieron sus mas tiernos albores
como da a los aires la perfumada flor
almas puras que dieron para mi las mejores
las mas dulces auroras y el mas dulce calor

Cada reto implicaba un pedazo de vida
de esta vida que he dado para ustedes nomás
eran suaves palabras de ternuras transidas
que en mi pecho quedaron para siempre jamás

Jamás dejéis las voces que a vosotros llegaron
con las ansias serenas de saberlos mejor
hay muchos que a sus almas con ternura adoraron
yo también por vosotros he brindado mi amor

Si es mi alma que aun flota en la escuela nuestra
que aunque ajena y distante a su inquieto deber
aun le queda en el alma de su eterna maestra
una sed infinita de volverlos a ver

Si yo fui su maestra, amiga y compañera
que anudaba lecciones y poemas en pos
les entrego mis rimas posterior consejera
y al escuchar mis versos escucharán mi voz

(Cuando los dejé a mis amados niños de Escuela Nro 42 de La Tribu Rondeau (Valdés) partido de 25 de Mayo



Recuerdos de Granada

(A mi abuelo materno Don José Zurita Ibañez –quien llegó desde Andalucía con su hermano y dos perras en el bolsillo-- en tiempos de la fundaciòn platense-- y al cantautor Carlos Cano, dos granadinos de pura cepa)

Jamás te conocí si no en el sentimiento
impregnado de recuerdos del ayer
viví mis primeros sueños con tu aliento
y junto a tu recuerdo me siento estremecer

Las noches de Granada en labios del abuelo
pusieron en mi sangre el fuego abrasador
así mi pensamiento voló hasta su suelo
y se bebió sus soles con frenesí y ardor

Que mezcla tan extraña anima mi ambrosía!
Hay mieles que pretenden salir de su aposento
para fundirse suaves con álgida alegría
en el ardiente beso que dá el sol como sustento

Noches tenebrosas ungidas de premura
donde un blanco frescor inundó mi camino
mientras la luna miró mi singular ternura
y se burló quizá de mi extraño destino

Qué sortilegio extraño acunó mi delirio
en una de esas tardes de mágico diseño
cuando las cosas toman misticismo de cirio
y encierra cada una un recóndito sueño?

Qué brisa, qué manos, qué besos esquivos y tiernos
acariciaron mi frente en la pasada edad
para dejar por siempre mi corazón enfermo
de ese raro misterio de una vieja heredad?

El aroma que trae recuerdos de la infancia
como un vaho lejano enervante de soles
panorama sonoro brillante de arrogancia
de jardines trémulos en sus arreboles

Los pétalos recortados de gigantes claveles
que adornaron la mesa que presidió el relato
y la bordada Alhambra la de los vergeles
que tanto he soñado en su regio boato

Ese palacio rojo de exquisita fineza
absorbió mi entusiasmo en encanto total
sumergiendo mis ansias de exaltada riqueza
entre las filigranas de la joya oriental

Es por eso que llevo en mi pecho arraigada
como embrujo del alma ese raro joyel
y amo tanto esa tierra corazón de Granada
amo sus flores, su brillante dosel

Pues mi sangre se anima con su rítmico paso
y mi pecho se ensancha por prodigio de aquel
y es tan fuerte su fuego tan divino su abrazo
que mi carne se enerva al influjo de él

Música de España compendio de alegría
llanto de la arabia de mi dolor juglar
no quisiera morirme sin conocerte un día
y en medio de mi pecho levantarte un altar


Orquídeas

Misteriosas criaturas de formas extrañas
que atesoran colores de encanto singular
que guardan en el fondo de tan finas entrañas
mágicos reflejos de variedad sin par

No se sabe al mirarlas sin son ave o flor
yo no me extrañaría si las viera volar
acuarela perfecta de un sublime pintor
que a fuerza de amarras las pudo pintar

Gráciles formas que confunden el mirar
a primera vista es imposible saber
si es flor que aprendió a volar
o mariposa que bajó a beber


En el Paraguay

(A Raul Amaral, compañero ausente de mi generaciòn, maestro, poeta, palabra vigente)

Lejana tu figura, más cerca mis ensueños.
Así yo te recuerdo mi triste Paraguay
y todas las mañanas voy renovando sueños
y estoy contigo hablando debajo del yatay.

Yo nunca he de olvidarte caudal de mis quimeras.
Tus selvas donde otrora la juventud viví.
Son todas las pasiones que vivo, las hogueras
que arden de ternura pensando siempre en ti.

Sí, todas mis canciones escuche dulcemente.
Tu testa coronada de lianas y esplendor:
Comprenderás entonces que vivo eternamente
bebiendo de las fuentes que emana tu dolor.

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